Por Redacción - 9 Diciembre 2024
El año 2025 se perfila como un periodo decisivo para las empresas de todos los sectores, pues se espera que la digitalización alcance un punto de inflexión que cambiará el panorama empresarial tal como lo conocemos. La velocidad a la que las organizaciones adoptan nuevas tecnologías está transformando profundamente la manera en que interactúan con los consumidores y operan internamente. En este contexto, los factores que marcarán la diferencia para el éxito de las empresas estarán relacionados con tres áreas clave: la aceleración de la transformación digital, la intensificación de la competencia global y la creciente exigencia de los consumidores por experiencias personalizadas y auténticas. La capacidad de adaptarse a estos cambios será fundamental para mantenerse competitivo en un mercado cada vez más complejo y dinámico.
En los próximos años, las inversiones en tecnologías digitales aumentarán significativamente. Un estudio reciente predice que para 2025, el 85% de las empresas aumentarán su inversión en transformación digital, con un presupuesto promedio que oscilará entre el 12% y el 15% de sus ingresos corporativos. Esto refleja la necesidad imperiosa de adaptarse a un entorno digital que no solo incluye la adopción de herramientas tecnológicas, sino también la reinvención de los modelos de negocio tradicionales. Las empresas que no logren integrar eficientemente la digitalización corren el riesgo de quedar atrás, pues el 64% de las organizaciones reconocen que si no se digitalizan a tiempo, podrían desaparecer.
La digitalización, por su parte, no solo ha implicado una mejora en la eficiencia operativa, sino que también ha multiplicado los puntos de contacto con los consumidores, quienes hoy interactúan con las marcas a través de una amplia gama de canales digitales. Según datos de un informe reciente, las empresas reportan que los compradores actuales utilizan entre 6 y 8 canales diferentes a lo largo de su recorrido de compra. Este comportamiento multicanal exige una estrategia de marketing y ventas completamente nueva, donde la experiencia del usuario sea fluida y consistente, sin importar el canal a través del cual se comunique o realice su compra. Esto implica la necesidad de desarrollar experiencias omnicanal que conecten todos los puntos de contacto, desde las plataformas de e-commerce hasta los servicios de atención al cliente.
Se espera que para 2025, el 64% de los equipos de marketing utilicen herramientas de IA para mejorar la personalización y la segmentación de su comunicación con los consumidores. La IA no solo permite optimizar las campañas publicitarias, sino que también ofrece herramientas predictivas que ayudan a anticipar el comportamiento del consumidor, lo que se traduce en una mejor capacidad para diseñar ofertas que respondan de manera más precisa a sus necesidades. Además, la automatización permitirá a las empresas reducir los costos operativos en un 20-25%, lo que libera recursos para invertir en innovación y creatividad.
Sin embargo, la digitalización no solo representa una oportunidad, sino también un desafío considerable. Con el incremento del uso de canales digitales, los consumidores se enfrentan a una saturación de mensajes publicitarios. Se estima que, para 2025, los consumidores recibirán un 45% más de mensajes publicitarios que en años anteriores. Esta sobrecarga de información dificultará la tarea de las empresas de captar la atención de sus audiencias. Para superar este reto, será esencial que las marcas adapten sus estrategias a las nuevas demandas del consumidor, proporcionando contenido relevante, atractivo y, sobre todo, personalizado. Las experiencias personalizadas se han convertido en una expectativa central para los consumidores, pues el 80% de ellos espera que las marcas ofrezcan un trato completamente individualizado. Esta necesidad de personalización no solo responde a la conveniencia, sino también a una demanda creciente de transparencia y valores corporativos auténticos.
Los consumidores no solo esperan productos o servicios de calidad, sino también un alineamiento con sus propios valores y principios. La confianza se ha convertido en un activo valioso, y las marcas que logren construir una narrativa coherente y auténtica alrededor de sus valores, su misión y su visión podrán fidelizar a los consumidores y generar relaciones duraderas. En este sentido, las marcas deben ser capaces de comunicar de manera efectiva sus compromisos en áreas como la sostenibilidad, la ética y la responsabilidad social, pues un número creciente de consumidores valora estos aspectos al tomar decisiones de compra.
A medida que las empresas se enfrentan a la creciente complejidad del entorno de ventas, otro factor a tener en cuenta es la competencia global. La digitalización ha reducido las barreras de entrada a los mercados internacionales, lo que ha generado una competencia más feroz, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que desean expandirse más allá de sus fronteras. Se estima que el 55% de las pymes planean expandirse internacionalmente en los próximos años, aprovechando las ventajas que ofrece el comercio digital. Sin embargo, la globalización también implica que las empresas deben adaptarse rápidamente a los diferentes mercados y entender las particularidades culturales, económicas y legales de cada región. La capacidad de innovar en productos, servicios y modelos de negocio será esencial para competir en este entorno global cada vez más desafiante.
A medida que las tecnologías avanzan, las organizaciones tendrán que encontrar y retener profesionales con habilidades en áreas como inteligencia artificial, análisis de datos y marketing digital. Sin embargo, la alta rotación laboral y los costos crecientes de contratación dificultarán este objetivo. Las empresas deberán ser creativas en sus estrategias de contratación, ofreciendo entornos laborales atractivos, beneficios flexibles y oportunidades de desarrollo profesional. Al mismo tiempo, la automatización y la inteligencia artificial pueden aliviar parte de esta presión, permitiendo a los empleados centrarse en tareas de mayor valor estratégico.
En cuanto a los canales de venta, el comercio electrónico continuará siendo uno de los motores clave de crecimiento en 2025, consolidándose como el canal de venta preferido para una creciente mayoría de consumidores a nivel global. Se estima que las ventas digitales globales alcanzarán los 6.3 billones de dólares en 2025, con una tasa de crecimiento proyectada del 22%. Este incremento refleja un cambio estructural en el comportamiento de compra de los consumidores, quienes, debido a la conveniencia, la rapidez y la variedad de opciones disponibles, siguen migrando hacia las plataformas digitales para realizar sus compras.
Este auge del comercio electrónico se ve impulsado por varios aspectos, entre los que destaca el continuo avance de la digitalización de los mercados, el aumento de la confianza de los consumidores en las compras online y la mejora en la logística y los sistemas de pago. Sin embargo, uno de los aspectos más relevantes es el crecimiento del comercio móvil, que seguirá desempeñando un papel fundamental en la evolución del e-commerce. Se prevé que las compras móviles representen el 72% de todas las compras digitales para 2025, lo que subraya la creciente dependencia de los consumidores de sus dispositivos móviles para realizar transacciones comerciales. Este fenómeno no solo está relacionado con la facilidad de realizar compras en cualquier lugar y momento, sino también con la integración de nuevas tecnologías como la realidad aumentada y la inteligencia artificial que mejoran la experiencia de compra en móviles.
El comercio móvil también está impulsado por la incorporación de tecnologías de pago rápido y seguro, como las billeteras digitales y las soluciones de pago móvil, que permiten a los consumidores realizar compras con un solo clic. La comodidad y seguridad de estos métodos de pago están acelerando aún más la adopción de las compras móviles, especialmente en mercados emergentes donde el uso de teléfonos móviles es más común que el acceso a tarjetas de crédito tradicionales.
Las empresas se verán obligadas a optimizar sus plataformas de comercio electrónico para garantizar una experiencia de usuario excepcional.
A medida que las tecnologías avanzan y se aceleran los procesos de digitalización, las organizaciones se verán obligadas a adaptarse a una nueva realidad laboral que implica la búsqueda y retención de talento altamente especializado en áreas clave como la inteligencia artificial, el análisis de datos y el marketing digital. Estos campos, esenciales para el éxito de las estrategias empresariales en el futuro, están experimentando una demanda sin precedentes, lo que ha dado lugar a una escasez significativa de profesionales capacitados. La falta de talento especializado está comenzando a convertirse en un obstáculo crítico para muchas empresas que buscan mantenerse competitivas en un entorno digital cada vez más complejo.
Sin embargo, la alta rotación laboral y el aumento de los costos de contratación complican aún más la tarea de atraer y retener a estos profesionales. Se espera que la rotación laboral aumente entre un 35% y un 40% en 2025, lo que pone en evidencia un desafío adicional para las organizaciones que luchan por retener a los empleados más capacitados. Esta situación está motivada en gran parte por la creciente demanda de habilidades especializadas en un mercado laboral globalizado, lo que otorga a los empleados más poder para elegir entre múltiples ofertas laborales y negociar condiciones favorables. Además, los costos de contratación aumentarán aproximadamente un 22% en los próximos años, lo que incrementará aún más la presión sobre los presupuestos de las empresas.
De nuevo reiteramos sobre la importancia vital de la automatización y la inteligencia artificial que si bien representan un desafío para el empleo tradicional, también pueden aliviar parte de esta presión. La implementación de herramientas de automatización en áreas operativas y de soporte puede reducir la carga de trabajo de los empleados y liberar tiempo para que se concentren en tareas de mayor valor estratégico. Las tecnologías basadas en inteligencia artificial pueden agilizar procesos como la recopilación y el análisis de datos, la gestión de campañas de marketing y la atención al cliente, lo que permite a las organizaciones ser más eficientes y a sus empleados trabajar en proyectos que requieran habilidades más especializadas. De esta manera, las empresas pueden encontrar un equilibrio entre la necesidad de talento humano y la capacidad de la tecnología para asumir tareas repetitivas o que consumen mucho tiempo, lo que a su vez mejora la productividad y permite a las organizaciones mantenerse competitivas en un mercado que exige una constante innovación.
Como se puede comprobar 2025 será un año de profundas transformaciones para el mundo del marketing y las ventas. La digitalización acelerada, la globalización de los mercados y las crecientes expectativas de los consumidores exigirán de las empresas una capacidad de adaptación sin precedentes. Las compañías que logren integrar las tecnologías emergentes, desarrollar estrategias centradas en el cliente y mantenerse auténticas en su comunicación estarán mejor posicionadas para sobresalir en un entorno cada vez más competitivo. La clave será la capacidad de innovar, de ser ágiles en la toma de decisiones y de construir relaciones duraderas y auténticas con los consumidores. Solo así podrán enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en este nuevo escenario empresarial.