
Por Redacción - 3 Julio 2025
El reciente informe "El consumidor impulsado por la IA: Manual de supervivencia para marcas", fruto de la colaboración entre LLYC y Appinio y publicado, no solo documenta una tendencia, sino que proclama un cambio sísmico en el comportamiento del consumidor español, dictado por el imparable avance de la inteligencia artificial.
La investigación, basada en un meticuloso sondeo a 2.000 individuos entre 18 y 65 años en España, revela una adopción masiva: un 60% de los consumidores ya interactúa con herramientas de IA generativa y Large Language Models (LLMs) como ChatGPT, Perplexity o Gemini. Esta cifra se dispara a un contundente 70% entre los menores de 30 años, lo que, lejos de ser un mero dato, establece una "nueva lógica de interacción" que permea todos los estratos sociales y etarios, redefiniendo las reglas del juego en el ámbito del marketing y la comunicación.
La era del "Internet del clic" se desvanece ante nuestros ojos. El estudio detalla cómo más del 35% de las búsquedas ya son resueltas por la IA directamente, sin necesidad de que el usuario abandone la interfaz conversacional. La inminente irrupción del AI Mode de Google augura una escalada dramática de esta cifra, con proyecciones que la sitúan por encima del 90% en los próximos meses. Este fenómeno, apodado el "efecto cocodrilo", describe una paradoja: mientras las impresiones de marca aumentan a través de los resúmenes generativos de la IA, los clics hacia los sitios web de origen se desploman. Ello implica un cambio radical en la visibilidad de marca, que deja de depender de la posición en buscadores para gravitar en torno a la capacidad de ser citada y recomendada directamente por la inteligencia artificial. La reputación, en consecuencia, trasciende los medios tradicionales para arraigarse en los modelos generativos, exigiendo una revaluación profunda de las estrategias de comunicación.
La confianza del consumidor ha experimentado una profunda reorientación, migrando inexorablemente hacia el algoritmo.
El informe arroja datos elocuentes: un 53% de los españoles prefiere la interacción con una IA para tareas cotidianas por encima de la interacción humana. Un sorprendente 30% se decanta por la IA incluso frente a los creadores de contenido, y un notable 52.5% deposita más confianza en la inteligencia artificial que en un influencer a la hora de elegir productos o servicios. Asimismo, un 45% equipara la credibilidad de la IA con la de los medios o reseñas tradicionales. Esta reprogramación de los atajos mentales en la toma de decisiones sitúa a la IA como un "nuevo agente de confianza", capaz de sintetizar información, discernir patrones y, en última instancia, influir decisivamente en la elección de marcas.
En este nuevo terreno, la disciplina del Large Language Model Optimization (LLMO) emerge como la piedra angular para la supervivencia y el éxito de las marcas. Más allá del SEO convencional, el LLMO se centra en "entrenar la forma en que los modelos entienden y proyectan tu marca". Esto abarca una estrategia integral que fusiona la reputación, el lenguaje, el posicionamiento, la arquitectura semántica y la autoridad algorítmica. El objetivo no es meramente aparecer en un listado, sino lograr que la marca sea la fuente que el modelo de IA seleccione y cite, impactando directamente tanto en el valor de marca como en la conversión de ventas. Para las marcas, esto significa una reinvención de su contenido, reputación digital y enfoque SEO, optimizándolos no solo para la comprensión humana, sino también para la interpretación y recomendación de los modelos de IA.
El "Momento Cero de la Verdad" (ZMOT) se ha trasladado de los buscadores y comparadores tradicionales a las interfaces de inteligencia artificial.
La IA se ha consolidado como el primer punto de contacto en el recorrido del cliente, desde la fase de descubrimiento hasta la postventa. Este cambio no solo incide en el proceso de compra; el modelo de negocio de los medios de comunicación basados en publicidad también resiente profundamente esta transformación. Algunos medios han registrado caídas de tráfico superiores al 30% debido a que los usuarios obtienen respuestas completas directamente de las interfaces de IA, eliminando la necesidad de hacer clic en los enlaces originales. Para las marcas, la implicación es clara: la conversión ya no se libra en la página de destino, sino en el intrincado sistema algorítmico.
El informe concluye con una llamada apremiante a la acción: "pasar de la observación a la acción". Las marcas deben emprender una "auditoría de la huella algorítmica" para comprender cómo son percibidas y referenciadas por los modelos generativos dominantes. Es imperativo optimizar la narrativa de marca para asegurar que sea elegida por la IA, garantizando que el contenido sea relevante, fácilmente comprensible, confiable y coherente. Un aspecto crucial reside en la necesidad de entrelazar el contenido, los datos y los medios en una "única lógica de entrenamiento" para la inteligencia artificial. La inversión en IA no es una opción futura, sino una realidad presente, con un 64% de los directivos ya destinando recursos a ella, incluso sin un retorno de la inversión claramente cuantificado. Esta inversión se justifica por la comprensión de que "la IA no espera a estar madura para influir. Ya está decidiendo" y configura de manera activa las decisiones de los consumidores en una vasta gama de sectores, desde la automoción y la moda hasta las finanzas y la educación. La inacción ante esta disrupción significa ceder terreno vital en el futuro sistema de toma de decisiones.

