Opinión Comunicación

Periodismo y marketing ¿un matrimonio de conveniencia?

Todavía hoy si un periodista y a un "marketer" quedaran atrapados en un ascensor, es bastante improbable que ambos trabajaran para buscar una solución conjunta a su aciaga eventualidad.

Lejos de colaborar en pos de un único objetivo, es decir, salir del atolladero, el "plumilla" pensaría sobre el enfoque que quiere dar a la historia de su encierro, mientras que su compañero de reclusión orientaría su creciente ansiedad a lucubrar sobre las adaptaciones que debería tener su producto para satisfacer las necesidades de un cliente en su misma situación. Quizá, pasado el tiempo el periodista le enseñara a jugar al mus y el marketer le convenciera para que probase el jabón de manos con propiedades casi milagrosas que acaban de relanzar,...

Sí es una broma, pero lo cierto es que periodismo y marketing son universos paralelos que tienen la comunicación como demiurgo posibilitador pero intentan por todos los medios que "no les vean juntos". Esta ancestral aversión, que no conduce en principio hacia ningún sitio, les impide conocer y utilizar herramientas propias de cada ámbito.

¿Por qué el periodista no puede escribir teniendo en cuenta lo que quieren sus lectores, pensando en ellos, en sus necesidades o en satisfacer sus deseos más allá de su propio "derecho a informar"? ¿Y los responsables de marketing, por qué no crear estrategias para "facilitar o realizar intercambios" -que diría Philip Kotler- pensando en el interés informativo o en las ventajas sociales del producto, marca o servicio y no sólo en los objetivos de venta?

La comunicación es el nexo entre periodismo y marketing. Comunicación es también el mantra de este medio; la palabra que invocamos para intentar orientar las eficaces sinergias que surgen entre ambas disciplinas. Pero que quede claro, con todo esto no queremos decir que deban mezclarse. Ni mucho menos. El "marketer" no debe intentar influir ni inmiscuirse en la manera de contar una información, debe ser capaz de crear con honestidad la historia para que reluzca por sí misma, pero debe ser el periodista el que contraste, decida el enfoque y la cuente según su criterio o el de su medio.

Zapatero a tus zapatos; para ir de un lado a otro ya estamos nosotros.

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