Por Redacción - 18 Mayo 2016
La realidad virtual se está convirtiendo en una parte cada vez más importante del avance tecnológico y en una que está marcando cada vez más y más la actividad de las marcas y sus expectativas. La realidad virtual abre la mano a cosas completamente nuevas y absolutamente distintas y permitirá hacer muchas cosas y crear muchas herramientas que entran dentro de lo que se podría decir "lo nunca visto". Las marcas podrán crear experiencias inmersivas (algunas ya lo están haciendo) y prácticamente realistas que cambiarán por completo el día a día de su relación con los consumidores. Los analistas ya ven en la realidad virtual la próxima revolución en atención al cliente y experiencia de uso y, sobre todo, en contenidos.
Los contenidos serán rápidamente cambiados por la aplicación de la realidad virtual y se verán rápidamente modificados por su impacto y por su alcance. Por primera vez, las cosas serán realistas: el espectador podrá ver todo el escenario de lo que ocurre y de lo que tiene a su alrededor y, además, el contenido se podrá enriquecer con muchos otros elementos que harán que las cosas cambien y que la experiencia sea mucho más completa y mucho más compleja. Las películas, la cobertura de eventos noticiosos, las noticias en sí? Todo será mucho más completo, mucho más rico y mucho más interesante, posiblemente con mucho más engagement. Y en esa lista de contenidos y de mensajes que los consumidores recibirán de forma mucho más completa, mucho más rica y con mucho más potencial para el engagement estará también la publicidad.
Ahora mismo, la publicidad se enfrenta a una realidad compleja. Las marcas la necesitan (y los medios también, al fin y al cabo es de lo que viven) y la emplean aún como una de las principales vías para llegar a los consumidores. ¿Va a desaparecer la publicidad en el futuro inmediato? Algunos jugadores del mercado señalan que la publicidad va a mutar y que va a desaparecer tal y como la conocemos (habitualmente estos expertos son apóstoles de la publicidad nativa), aunque lo cierto es que sus palabras son matizadas y negadas por muchos otros analistas que no acaban de ver plausible esa realidad sin anuncios que precocinan. La publicidad sigue siendo una de las vías principales para conectar con las potenciales audiencias y, sobre todo, no existen métodos alternativos que funcionen de un modo completamente fiable o que ofrezcan a las marcas las herramientas que buscan para conectar con la audiencia y, sobre todo, confirmar que lo están haciendo.
En este contexto, por tanto, la realidad virtual no será solo una potencial alternativa a la publicidad que conocemos sino más bien (y también) una llave para que la publicidad sea diferente y para que se convierta en mucho más innovadora, lo que le permitirá crear mensajes que logren mucho más engagement y que conecten mucho mejor con las audiencias. Los anuncios se convertirán en un elemento mucho más interesante, en una experiencia casi deseable.
Pero, al margen de lo que los expertos indican a MarketingLand, la posición de estas dos compañías puede servir para comprender lo que se nos viene encima y lo que las marcas harán (y no deberían). Muchas optarán por el camino fácil y reciclarán sus anuncios de otros escenarios para este nuevo entorno, como han hecho muchas marcas embutiendo sus anuncios de televisión para convertirlos en anuncios para vídeos en internet (aunque no son lo mismo y no funcionan igual unos formatos y otros). Las marcas se arriesgan así a sufrir lo mismo que están sufriendo en el entorno del vídeo: los consumidores pueden simplemente sentirse "timados" por esta estrategia y defraudados por la situación. La realidad virtual es, al final, algo diferente y las marcas tienen que asumirlo y comprenderlo.