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Muchas luces y alguna sombra: así ven los responsables de las empresas el futuro de la inteligencia artificial

Un 42% considera que en los próximos años resultará crítica en la toma de decisiones de las compañías, pero un 43% también teme tomar decisiones erróneas por su culpa

Por Redacción - 23 Octubre 2018

Una de las grandes innovaciones tecnológicas de los últimos años es la inteligencia artificial, que ha dejado de ser una suerte de elemento a futuro techie para convertirse en la última gran obsesión de las compañías.

Las empresas están recibiendo a la inteligencia artificial con los brazos bastante abiertos. Eso es lo que se puede extraer de las conclusiones del último estudio de Deloitte, realizado sobre una muestra estadounidense, sobre la materia. Las compañías están invirtiendo cada vez más en inteligencia artificial y además la ven de un modo muy positivo y esperan de ella bastante. Un 42% de los directivos considera, de hecho, que la IA tendrá una importancia crítica en los próximos dos años en lo que a la posición de las empresas toca.

"Las compañías están emocionadas sobre el potencial de la IA para mejorar resultados y competitividad, y por una buena razón", señala Jeff Loucks, director ejecutivo en el Center for Technology, Media, and Telecommunications de Deloitte. Al hilo de esto, la adopción de la inteligencia artificial entre las empresas se está realizando en aquellas áreas que tienen un impacto más directo sobre cómo se hacen las cosas y cómo se logran resultados a partir de ellas.

Los beneficios de la inteligencia artificial

Donde más se está trabajando para adaptarse a la inteligencia artificial es, de hecho, en el terreno del procesado de lenguaje natural. Un 62% de las compañías encuestadas por la firma de análisis señala que ha adoptado esta tecnología, por encima del 53% que lo hacía el año pasado. Este es el terreno que más ha crecido. El machine learning es el siguiente punto más popular, con una adopción del 58%. Le siguen el deep learning (50%) y la computer vision (57%).

Las empresas están reservando dinero o haciendo inversiones para poder implementar estas herramientas, pero además están empezando a beneficiarse de la tendencia en crecimiento de la AI-as-a-service (como otras herramientas tech as-a-service, la empresa paga por usar).

Todo ello tiene un objetivo claro: sacar beneficios directos de la implementación de la inteligencia artificial. Y, si las empresas no estuviesen viendo ya esos beneficios, hubiesen abandonado o no estarían siendo tan entusiastas en la adopción de la IA.

Quienes ya han incorporado la inteligencia artificial tienen claro qué les ha aportado: un 80% de estos señala que tuvo retorno en sus finanzas, algo que han notado especialmente las industrias de tecnología, de medios, de entretenimiento y de servicios profesionales. La inteligencia artificial les permite ahorrar, ser más eficientes en el mercado o adelantarse y prevenir pérdidas.

Un 78% de los encuestados cree que la IA ayudará a tomar mejores decisiones, un 72% que aumentará la satisfacción en el trabajo y un 78% que será la base para nuevas formas de trabajar.

No es oro todo lo que reluce

Pero, a pesar de todas las promesas de la inteligencia artificial y a pesar de todo su potencial, la IA también tiene un lado mucho menos positivo. Los responsables de las empresas tienen que ser plenamente conscientes de sus riesgos y de los potenciales problemas que podría traer a la empresa, al menos si quieren tomar decisiones informadas y mucho menos arriesgadas.

"Para lograr este potencial", apunta Loucks tras hablar de todo lo que la IA puede lograr, "las empresas deben asumir riesgos, responder a sus carencias en talento y ejecutar muy bien". La inteligencia artificial no es perfecta y no está exenta de problemas.

Fallos, personal y riesgos legales, lo que preocupa

A los directivos de las empresas les preocupan los riesgos a los que la inteligencia artificial les expone. Por un lado, creen que es un problema importante que los exponga a vulnerabilidades en ciberseguridad (algo más de un 20% apunta a ello), pero también a nuevas presiones normativas.

Uno de cada diez ejecutivos muestra un elevado nivel de estrés ante las normativas y los riesgos legales que la inteligencia artificial puede generar y un tercio ante los problemas éticos que se puedan derivar de ella. Si a eso se suma que el mercado es en general opaco, se puede comprender mejor su tensión.

Por otro lado, también les preocupa la falta de personal especializado. Un 30% cree que es uno de los principales elementos de preocupación en su empresa y un 20% reconoce que ve carencias en el mercado laboral de profesionales vinculados a la IA. Desde data scientists a líderes de negocio pasando por diseñadores de experiencia de usuario, la industria no encuentra el personal adecuado.

No son los únicos puntos de tensión y los únicos temores que la IA genera. A los directivos también les preocupa algo mucho más básico. Temen que la inteligencia artificial les lleve por el camino equivocado. Un 43% teme tomar una mala decisión por culpa de las recomendaciones de la IA y un 39% que la inteligencia artificial falle en un momento crítico.

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