Por Redacción - 5 Agosto 2025
La emblemática firma Alpina, conocida por su sofisticada interpretación de los modelos de BMW, se encuentra en un momento de profunda transformación que se manifiesta de manera simbólica en la renovación de su identidad visual. Tras la adquisición por parte de BMW Group en 2022, el fabricante bávaro ha comenzado a moldear el futuro de la marca, un proceso que ha culminado en el registro de un nuevo logotipo. Esta insignia, la primera en ser rediseñada en más de dos décadas, prescinde de los elementos más distintivos de su pasado, marcando un claro alejamiento de su herencia cromática para abrazar una estética más acorde con las tendencias actuales de diseño corporativo.
El cambio más notorio en el nuevo emblema es la desaparición del icónico escudo rojo y blanco que caracterizaba a la marca. Este distintivo, lleno de historia y de un simbolismo arraigado en la competición y la ingeniería, ha sido sustituido por una paleta monocromática de blanco y negro. Si bien esta elección de color podría interpretarse como un gesto de modernización y simplicidad, para muchos puristas del automovilismo representa la pérdida de una parte fundamental de la esencia de Alpina. A pesar de este rediseño, los elementos gráficos que simbolizan el acelerador y el cigüeñal, piezas clave en la narrativa de la marca desde su fundación, se mantienen. Sin embargo, su presentación ha sido simplificada, encapsulándolos en un único círculo plano que recuerda, de forma deliberada, al icónico doble círculo que identifica a BMW. Este movimiento sugiere una integración más estrecha entre ambas marcas, no solo a nivel de propiedad, sino también en la percepción visual y el mensaje que transmiten al mercado.

El registro de la nueva marca, cuya solicitud fue desvelada por la publicación especializada CarBuzz, detalla que su uso se extenderá a una amplia gama de productos y servicios. No se limitará exclusivamente a los vehículos, sino que abarcará también información comercial, servicios de piezas y accesorios, lo que sugiere una presencia transversal en todas las áreas de negocio de Alpina bajo la tutela de BMW. Esto es especialmente relevante si se considera el acuerdo original de adquisición, que establece que la producción de vehículos modificados bajo la marca Alpina cesará en sus instalaciones de Buchloe a finales de 2025. El fabricante bávaro, en su momento, justificó esta decisión por la creciente complejidad de las regulaciones sobre emisiones y seguridad, que hacen cada vez más difícil la operación independiente de una empresa de menor tamaño. Por tanto, la adquisición de Alpina no solo garantiza su permanencia, sino que también la reorienta hacia un futuro centrado en servicios de restauración, piezas y accesorios, manteniendo viva la herencia de la marca en un formato diferente.
Fundada en 1965, Alpina se estableció inicialmente como un especialista en la optimización y personalización de modelos BMW, tanto para la calle como para la competición, antes de comenzar a producir sus propios vehículos. La sede en Buchloe, que ha sido el corazón de la producción durante décadas, continuará siendo el epicentro de las operaciones de servicio, restauración y repuestos una vez que la fabricación de vehículos cese. Este cambio estratégico permite preservar el legado artesanal de la compañía mientras se alinea con las nuevas directrices de BMW. La nueva insignia, aunque simplificada, simboliza este proceso de transición y adaptación. Se espera que, a lo largo de los próximos meses, los entusiastas y el público en general comiencen a ver la nueva marca en vehículos y productos, marcando de manera tangible el inicio de una nueva era para Alpina. La humanización de esta narrativa radica en entender que, detrás de la frialdad de un cambio de logotipo o un acuerdo comercial, hay una historia de innovación, pasión y legado que se redefine, ajustándose a las realidades de un mercado automotriz en constante evolución.












