Por Redacción - 26 Febrero 2025
En el competitivo mundo del marketing, algunas estrategias pasan desapercibidas para el consumidor promedio, pero son utilizadas con gran efectividad por las grandes marcas para influir en las decisiones de compra. Estas tácticas, aunque poco conocidas fuera del ámbito profesional, logran impactar de manera sutil y persuasiva.
Muchas de estas técnicas, son especialmente efectivas porque aprovechan aspectos psicológicos y comportamentales del consumidor que operan de manera subconsciente. Estas podrían definirse como estrategias de marketing ocultas o un tipo de "marketing invisible" que las grandes marcas emplean para influir en las decisiones de los consumidores sin que estos sean plenamente conscientes. A diferencia de las estrategias de marketing tradicionales, que son más evidentes y directas, estas tácticas funcionan en segundo plano, integrándose sutilmente en la experiencia del usuario y generando un impacto sin que el consumidor sea plenamente consciente de su influencia.
El marketing de micro-momentos es una de estas estrategias. Se basa en aprovechar los instantes en los que los consumidores buscan información inmediata, como cuando alguien consulta su móvil para encontrar un restaurante cercano. Empresas que optimizan su contenido para estos momentos, mediante SEO local o respuestas rápidas en redes sociales, logran captar clientes en el momento preciso en que están listos para decidir. Las aerolíneas y agencias de viaje han adoptado esta estrategia al mostrar anuncios personalizados basados en búsquedas recientes. Si alguien busca “vuelos baratos a París”, compañías como Expedia o Google Flights pueden mostrar anuncios de promociones en tiempo real, capturando la atención del usuario justo cuando está más predispuesto a reservar.
El "reverse influencing" es otra táctica que rompe con la tendencia habitual del marketing de influencers. En lugar de pagar a figuras con gran alcance, algunas marcas convierten a sus propios clientes en embajadores incentivándolos con descuentos o reconocimiento en redes sociales. Este tipo de promoción orgánica genera confianza y autenticidad, factores clave en la toma de decisiones de los consumidores. Marcas como Glossier o Lush han convertido a sus clientes en los verdaderos embajadores de sus productos. En lugar de pagar grandes sumas a influencers, fomentan que los consumidores compartan fotos y reseñas en redes sociales a cambio de descuentos o reconocimiento en sus plataformas. Esta estrategia ha construido comunidades altamente leales y con credibilidad orgánica.
El brand utility marketing también se aleja de la publicidad convencional al centrarse en la creación de herramientas útiles en lugar de simplemente vender un producto. Aplicaciones, calculadoras o servicios gratuitos ofrecidos por las marcas se convierten en activos de valor que generan engagement y fidelización. Nike ofrece aplicaciones como Nike Training Club y Nike Run Club, que brindan valor a los usuarios con entrenamientos personalizados y seguimiento de actividad física. Esto refuerza su conexión con la audiencia sin necesidad de vender directamente un producto en cada interacción.
Por otro lado, la estrategia de "brand hijacking" juega con el contraste para captar la atención. Al compararse directa o irónicamente con la competencia, las marcas logran posicionarse de manera más llamativa en la mente del consumidor, ya sea a través de publicidad comparativa o mensajes disruptivos. Burger King ha hecho uso frecuente de esta estrategia al lanzar campañas que atacan de manera ingeniosa a McDonald’s. Un ejemplo es su campaña “Whopper Detour”, donde ofrecían hamburguesas a solo un centavo si los usuarios abrían la app de Burger King cerca de un McDonald’s, convirtiendo la ubicación de su competencia en una ventaja.
El marketing de escasez y exclusividad es un recurso ampliamente utilizado, aunque no siempre evidente. Marcas como Nike o Supreme han perfeccionado esta estrategia al lanzar productos en ediciones limitadas, creando un deseo artificial de posesión y aumentando la demanda de manera estratégica. Marcas de moda como Supreme o Nvidia generan hype al lanzar ediciones extremadamente limitadas de sus productos. Esta escasez programada crea una demanda artificial, con clientes haciendo filas o participando en sorteos para tener la oportunidad de comprar.
De forma similar, la estrategia de "bait-and-switch" juega con la expectativa del consumidor, ofreciendo un producto o servicio que parece ser una cosa, pero que termina sorprendiendo con algo aún más valioso. Esta técnica mantiene el interés y genera una experiencia memorable, reforzando la conexión con la marca.
Una técnica sin duda llamativa es la del "glitch marketing", donde los anuncios publicitarios parecen contener errores intencionales para captar la atención del público. Este tipo de fallos simulados generan intriga y aumentan la interacción con la marca, aprovechando la curiosidad del espectador. Como ejemplo, Diesel lanzó una campaña llamada “DEISEL”, en la que abrieron una tienda en Nueva York vendiendo ropa con su nombre mal escrito, simulando ser falsificaciones. En realidad, la ropa era auténtica y edición limitada, lo que generó viralidad y atrajo tanto a fanáticos de la marca como a quienes buscaban una ganga.
Algo similar ocurre con el uso de gimmick products, o los productos diseñados como una broma publicitaria, es otra estrategia que grandes empresas han sabido aprovechar para generar viralidad. Ejemplos incluyen sabores de comida inusuales o productos extravagantes que, aunque muchas veces no están pensados para la venta masiva, logran posicionar la marca en conversaciones y redes sociales. KFC ha lanzado productos extraños como un esmalte de uñas con sabor a pollo frito y un protector solar con aroma a su receta secreta. Aunque no son productos destinados a la venta masiva, generan una enorme cobertura mediática y aumentan el engagement con la marca.
Por otro lado encontramos técnicas como el "hackvertising", basado en la apropiación creativa de tendencias culturales, eventos o productos populares. Empresas que logran insertarse en conversaciones globales mediante campañas ingeniosas pueden aumentar su visibilidad de manera exponencial sin necesidad de grandes presupuestos publicitarios.
El marketing de micro-momentos es una de estas estrategias. Se basa en aprovechar los instantes en los que los consumidores buscan información inmediata, como cuando alguien consulta su móvil para encontrar un restaurante cercano. Empresas que optimizan su contenido para estos momentos, mediante SEO local o respuestas rápidas en redes sociales, logran captar clientes en el momento preciso en que están listos para decidir.
Con la proliferación de los asistentes de voz, el marketing de voz y la estrategia de respuesta cero han cobrado gran importancia. Las marcas buscan posicionarse como la primera y única respuesta que los asistentes como Alexa o Google Assistant proporcionan a los usuarios. Esto se logra mediante el uso de SEO conversacional y datos estructurados que permiten destacar en los resultados de búsqueda hablada. Marcas como Domino’s Pizza han optimizado su sistema para pedidos mediante asistentes de voz. Los usuarios pueden pedir una pizza simplemente diciendo “Ordena mi pizza favorita” en Alexa, sin necesidad de navegar por una aplicación o sitio web, reduciendo fricción y aumentando las conversiones.
El ASMR marketing, por su parte, se apoya en estímulos auditivos relajantes para captar la atención del público y mejorar la percepción de una marca. Grandes empresas han utilizado esta técnica en campañas publicitarias para generar una experiencia sensorial atractiva, apelando a la emocionalidad de los consumidores.
A pesar de que muchas de estas estrategias pasan inadvertidas para el público general, su implementación cuidadosa permite a las marcas influir en las decisiones de compra y generar un impacto duradero en el mercado. En esencia, estas estrategias son efectivas porque logran influir en el comportamiento del consumidor sin parecer publicidad invasiva. Se integran en los hábitos digitales y emocionales de la audiencia, explotando momentos clave, la confianza entre consumidores, la curiosidad y la percepción de valor para lograr un impacto duradero.
