Por Redacción - 6 Septiembre 2012
La compañía irlandesade vuelosde bajo coste Ryanair, se ha convertido en protagonista de múltiples medios y debates durante los últimos meses. Las noticias sobre diferentes incidencias y denuncias de los clientes y viajeros han repleto la red de referencias y comentarios negativos hacia la compañía, que ha comenzando a sentir el efecto devastador de una crisis de reputación en toda regla.
Sólo hace falta investigar en las hemerotecas de algunos de los medios de comunicación para encontrar noticias, referencias y artículos que ponen en evidencia los continuos problemas yconflictos relacionados con esta compañía que parece llevar a extremos el modelo de los negocios low cost, donde todo parece más barato y donde el cliente prefiere viajar a bajo precio sin tener en cuenta los riesgos y consecuencias.
Otros medios como el periódico expansión publican sin tapujos una guía con "Quince razones para no volar con Ryanair y una para hacerlo" refiriéndose a la compañía como "la aerolínea que pasará a la historia por lograr que los europeos viajen a precios increíbles, pero su estilo poco amistoso y sus recargos hacen del trayecto una experiencia con demasiadas turbulencias".
Entre alguno de los aspectos de esta guía se destacan los aspectos de la Atención al cliente. "Nadie a quien reclamar. Una de las experiencias más frustrantes que puede tener un pasajero es tener un problema con Ryanair. En el aeropuerto, nadie responde de la aerolínea porque casi todos los servicios están subcontratados. En momentos de crisis, la web no ayuda y el teléfono es tan caro que mejor ni intentarlo".
Sin embargo, el casoRyanair nos conduce a un camino tenebroso con un trasfondo mucho más preocupante. No sólo se está generando una conciencia negativa hacía la propia marca y compañía, sino que los diferentes y peligrosos riesgos para los viajeros ante los continuos fallos e incidencias parecen cada vez mayores y más que frecuentes.
En definitiva, un cúmulo de diferentes consecuencias y aspectos que perjudican directamente al propio cliente y a la propia reputación de la compañía a pesar de su indiferencia y política comercial, que hacen de esta historia algo más propio de una película como "Aterriza como puedas" protagonizada por el mítico actorLeslie Nielsen, que de una historia real.
Evidentemente los viajeros tienen la última palabra a la hora de decidir que compañía elegir para sus vuelos, algo que además puede estar determinado y condicionado por sus posibilidades y su propio poder adquisitivo. ¿Asumen pues estas personas los diferentes riesgos por beneficiarse de un modelo o servicio de bajo coste? ¿Es indiferente la reputación de una empresa o marca, cuando el cliente no puede pagar un servicio de calidad, más seguro y con menos riesgos?