Por Redacción - 30 Octubre 2025
La tradicional pistoletazo de salida para la temporada de grandes descuentos ha dejado de ser un hito puntual de la última semana de noviembre para convertirse en una estrategia de largo recorrido que arranca, decididamente, antes de que finalice octubre.
Esta anticipación responde a una demanda explícita del consumidor, quien ha aprendido a planificar sus compras con mayor perspectiva y exige a las marcas que se sumen a este ritmo premeditado. El 47% de los consumidores a nivel global manifiesta su deseo de recibir promociones de Black Friday incluso antes de la fecha límite del 31 de octubre, una cifra que asciende al 78% si se suma el porcentaje que prefiere el inicio de noviembre. Este claro movimiento hacia la premeditación no deja margen a la improvisación comercial, confirmando que la fidelidad y el gasto se forjan en las semanas previas al gran evento de la Cyber Week, un periodo al que solo un minoritario 4% de compradores prefiere esperar.
La voz del consumidor español entre la prisa y la relevancia
El mercado español, si bien exhibe un tercio de compradores que esperan a la antesala del Black Friday para sus impulsos, no se sustrae a esta tendencia global de adelanto. Los datos reflejan que un notable 37% de los compradores en España ya está buscando o esperando ofertas a lo largo de octubre, o incluso antes, lo que obliga a las empresas a segmentar sus mensajes y a desplegar la actividad promocional con una considerable antelación. Esta dinámica subraya la necesidad de una estrategia de comunicación multicanal y escalonada, donde la personalización emerge como la auténtica palanca de decisión, más allá del mero descuento. Tres de cada cuatro consumidores considera que las ofertas ajustadas a su perfil influyen directamente en la decisión final de compra, un dato que trasciende la utilidad para convertirse en una expectativa de valor.
En este nuevo tablero de juego comercial, la tecnología conversacional y la inteligencia artificial se han consolidado como los grandes facilitadores para cumplir la promesa de inmediatez y personalización que busca el cliente actual. Ya no se trata de una mera automatización fría, sino de emplear la tecnología para escalar el trato humano, ofreciendo respuestas instantáneas y seguimiento de pedidos sin fisuras. De hecho, un 66% del público global confía en la inteligencia artificial para tareas transaccionales como el seguimiento de un envío o las recomendaciones de productos, entendiendo su rol como un asistente eficiente que reduce la fricción del proceso. El consumidor valora extraordinariamente recibir las confirmaciones de pedido en apenas unos minutos, con el 90% destacando este factor durante la temporada de mayor demanda, lo que ilustra cómo la eficiencia tecnológica se traduce directamente en confianza humana.
Los canales de comunicación han girado notablemente, y aunque el correo electrónico se mantiene como la herramienta más utilizada por las marcas en España, acaparando el 85% de las comunicaciones promocionales, la verdadera revolución se está gestando en la mensajería directa e interactiva. WhatsApp y, sobre todo, el RCS (Rich Communication Services) están redefiniendo la experiencia al permitir una conversación rica, visual y bidireccional, mucho más allá del antiguo SMS. El aumento interanual en el uso de RCS durante el Black Friday se prevé espectacular, con un crecimiento del 630% hasta los 6,5 millones de mensajes, y un 572% en Cyber Monday. Este salto cuantitativo refleja la adopción masiva de formatos más atractivos que integran catálogos, vídeos y botones de acción directa en el mismo hilo de chat, permitiendo a las marcas ofrecer una experiencia de compra fluida y sin interrupciones.
La cautela española ante el algoritmo
A pesar del evidente impulso tecnológico en la logística y la interacción, la confianza plena del consumidor español en la inteligencia artificial mantiene todavía ciertos matices de cautela. Si bien casi la mitad de los españoles (48%) confía en la IA para tareas funcionales y sencillas como el seguimiento de un pedido, solo un 13% la considera comparable a una recomendación realizada por un humano, y otro 13% muestra una desconfianza absoluta.
Esta división obliga a las marcas a calibrar con precisión el uso de algoritmos. La personalización se acepta si se percibe como útil por un 50% de encuestados y valiosa por un 20% adicional, pero una quinta parte restante la cataloga como invasiva. Por tanto, la clave del éxito para la inminente temporada de compras de 2025 reside en encontrar ese equilibrio sensible: utilizar la tecnología más avanzada para generar interacciones que se sientan útiles, relevantes y genuinamente humanas, construyendo un diálogo que anticipe las necesidades del cliente sin saturarlo ni invadir su espacio digital, consolidando así una relación de largo plazo que va más allá del pico de ventas del Black Friday y el Cyber Monday.











