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El Gorilla baterista de Cadbury: un legado del talento y de la creatividad humana cuando nadie hablaba de la IA

Su verdadero triunfo fue la audacia de una idea simple y absurda, la conexión emocional inesperada y la sorpresa que generó.

Por Redacción - 10 Junio 2025

En 2007 una campaña redefinió los parámetros de la creatividad y la resonancia cultural: el anuncio "Gorilla" de Cadbury. Lejos de las convenciones narrativas que dominaban la mercadotecnia de alimentos, Cadbury, de la mano de la agencia Fallon London y la visión del director argentino Juan Cabral, orquestó una pieza audiovisual que se grabó a fuego en la memoria colectiva, trascendiendo las fronteras de la mera promoción de un producto. El spot presentaba una imagen tan insólita como hipnotizante: un gorila, sentado tras una batería y entregándose con pasión a un solo percusivo, al ritmo inconfundible de "In the Air Tonight" de Phil Collins.

El anuncio pasó a ser conocido popularmente como el "Gorilla Drummer" o el "gorila baterista" de Cadbury. Aunque su nombre oficial, y como se le reconoce en la industria publicitaria, es simplemente "Gorilla", la descripción "drummer" o "baterista" se añadió en el lenguaje común para identificar de inmediato la acción central y memorable del spot.

La génesis de esta audaz propuesta se gestó en un contexto donde Cadbury enfrentaba desafíos considerables, incluyendo una pérdida significativa en ventas y la necesidad imperante de revitalizar la percepción de su marca Dairy Milk. La directriz era clara: romper con la monotonía y generar una conexión emocional genuina con la audiencia. Juan Cabral, quien concibió la idea como un cortometraje antes de adaptarla al formato comercial, buscó mantener la frescura y la emoción original de su concepto. La filmación, que se extendió por varios días en los estudios Music Bank de Londres, culminó en una pieza de 90 segundos que haría su debut televisivo el 31 de agosto de 2007, durante la final de la octava temporada de Gran Hermano en el Reino Unido, un horario de máxima audiencia que garantizó una exposición masiva desde el primer instante.

Juan Cabral

La filmación del anuncio "Gorilla" de Cadbury, dirigido por Juan Cabral, se llevó a cabo durante varios días en los estudios Music Bank de Londres. Aunque no se especifica un número exacto de días en las fuentes disponibles, se menciona que fue un proceso que requirió la dedicación de un equipo considerable y la meticulosa preparación del actor Garon Michael en el traje de gorila.

Más allá de su evidente éxito de popularidad, el anuncio "Gorilla" de Cadbury se convirtió en un caso de estudio en la industria publicitaria. Su naturaleza puramente creativa, cuyo principal objetivo era entretener y establecer una conexión emocional, demostró ser extraordinariamente efectiva en términos de ventas.

Este spot lo ejemplificó a la perfección, logrando sacar a Cadbury de una posición de estancamiento y reposicionándola como una marca innovadora y divertida, en boca de todos. El coste total de la campaña, estimado en 6.2 millones de libras, se justificó ampliamente con el retorno de inversión y el significativo repunte en las ventas de Dairy Milk en el mercado británico y más allá.

Antes del spot de Cadbury en 2007, la canción ya era un clásico consolidado, pero el anuncio le dio una segunda vida masiva, especialmente entre las nuevas generaciones. Después de que el comercial se emitiera, la canción experimentó un enorme aumento en las descargas digitales y las ventas, lo que la catapultó de nuevo a las listas de éxitos en varios países, incluyendo el Reino Unido. Se estima que, solo en las tres semanas posteriores al lanzamiento del anuncio, las descargas de "In the Air Tonight" aumentaron en más de un 800%. Phil Collins, por su parte, se mostró encantado con el uso de su música y el renovado interés que generó, llegando a bromear sobre cómo un gorila le había ayudado a vender más discos. Este fenómeno demostró cómo una elección musical brillante en publicidad no solo puede elevar la marca, sino también revitalizar la obra del artista.

¿Gorilla Drummer sin herramientas de IA?

Si aquel icónico anuncio se concibiera hoy, las herramientas de inteligencia artificial desempeñarían un papel central en casi todas las fases de su creación, desde la ideación hasta la producción final. La IA generativa ha avanzado a pasos agigantados, transformando la manera en que se produce contenido visual y auditivo.

En su etapa de preproducción, la IA podría haber sido utilizada no solo para el desarrollo del concepto. Incluso podría haber sugerido la combinación inusual de un gorila y una batería, basándose en la identificación de patrones de alto impacto emocional y memorabilidad. La IA también podría haber ayudado a seleccionar la pieza musical, analizando el efecto emocional de diferentes canciones y su potencial viralización en función de su estructura y popularidad previa.

En lugar de un actor en un traje de gorila y un equipo de efectos especiales tradicionales, el gorila podría haber sido generado por IA de forma fotorrealista desde cero. Herramientas como VEO 3, Sora o similares, son capaces de crear secuencias de video de alta calidad permitiendo además un control absoluto sobre cada movimiento, cada expresión facial del gorila, y la interacción con la batería, logrando un realismo que en 2007 era sumamente costoso y complejo de alcanzar. Incluso la postproducción, que en 2007 implicó un considerable esfuerzo en el retoque y la composición, se agilizaría enormemente con herramientas de IA que automatizan tareas como el keying, la corrección de color y la integración de elementos. Pero no, aquella idea fue producto del trabajo y del talento humano.

Sin embargo, el éxito rotundo del anuncio "Gorilla" no residió únicamente en su producción visual, que era notable para su época. Su verdadero triunfo fue la audacia de una idea simple y absurda, la conexión emocional inesperada y la sorpresa que generó. En 2007, ver a un gorila tocando la batería era algo completamente inesperado y refrescante en la publicidad. Gran parte de su encanto residía en esa combinación de lo inverosímil con una ejecución sorprendentemente creíble.

Si bien podemos reconocer que la IA aporta una eficiencia y unas capacidades de producción sin precedentes, el "alma" o la chispa creativa inicial, la audacia de la idea original de Juan Cabral de un gorila tocando la batería, sigue siendo un dominio profundamente humano. La IA puede amplificar y materializar esas ideas, pero la capacidad de idear conceptos verdaderamente rupturistas y emocionalmente resonantes, que conecten a un nivel tan profundo con la audiencia, al menos por el momento, recae en gran parte en la creatividad humana. La magia de "Gorilla" fue la visión de Juan Cabral y la decisión de Cadbury de apostar por una idea puramente emotiva y artística, más allá de una exposición directa del producto. Esa chispa creativa, esa capacidad de generar asombro y alegría, es algo que, por ahora, sigue siendo profundamente humano.

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