Por Redacción - 16 Septiembre 2025

El Gobierno de Israel ha desplegado una ofensiva comunicacional a gran escala, valiéndose de la plataforma de Google para propagar su discurso. Un contrato de acceso público, valorado en aproximadamente 42,8 millones de dólares, revela un acuerdo significativo con el gigante tecnológico para la difusión de anuncios gubernamentales.

Esta inversión masiva forma parte de una estrategia conocida como "hasbara" o diplomacia pública, un esfuerzo meticulosamente planificado para modelar la percepción internacional sobre las operaciones militares del país y contrarrestar las críticas, en particular las relacionadas con la crisis humanitaria en Gaza. Este enfoque comunicacional, que va más allá del campo de batalla tradicional, utiliza redes sociales, influencers y viajes para influir en la narrativa global, buscando generar una imagen de normalidad donde otros ven una situación de hambruna.

La Agencia de Publicidad del Gobierno de Israel (IGAA) actúa como el motor detrás de esta campaña, utilizando las plataformas de Google y Meta para vehicular sus mensajes.

El objetivo principal es desmentir reportes sobre la hambruna en Gaza, a través de anuncios pagados que muestran mercados y restaurantes repletos de comida. Esta táctica, según la investigación conjunta de Eurovision News Spotlight, busca transformar la imagen del territorio, presentando una faceta de vitalidad y bienestar que contradice las acusaciones de escasez. La ofensiva se extiende a la crítica directa de organismos internacionales, como la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA), a la que acusan de ser una "fachada de Hamás". Los datos de agosto de 2025 muestran un incremento notable en las visitas al canal del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel, que coinciden con la publicación de estos videos, lo que sugiere que estas visualizaciones no son orgánicas, sino resultado de la publicidad pagada en Google Ads. La fluidez con la que estos anuncios se insertan en los feeds de los usuarios de diversos países resalta la eficacia de estas plataformas como intermediarios para una difusión masiva.

La estrategia diplomática del gobierno israelí ha escalado considerablemente en los últimos años. Durante el año 2024, la IGAA patrocinó 2,000 anuncios, con 1,100 dirigidos específicamente a una audiencia internacional. Sin embargo, en un período mucho más corto, desde el 1 de enero hasta el 5 de septiembre de 2025, el número de anuncios se duplicó a más de 4,000, con la mitad de ellos orientados al público global. Esta intensificación refleja una determinación por mantener el control de la narrativa en un momento de creciente escrutinio internacional. La inversión millonaria en plataformas como YouTube y Display & Video 360, que asciende a cerca de $38.5 millones, subraya la importancia que el gobierno israelí le da a la visibilidad en el ecosistema de Google. Adicionalmente, se destinan fondos para campañas en X y otras plataformas como Outbrain/Teads, lo que demuestra una aproximación integral y multiplataforma para alcanzar a una audiencia global.

La campaña de desinformación no se limita a videos que niegan la hambruna. Una búsqueda en el Centro de Transparencia de Anuncios de Google revela que el gobierno de Israel también ha pagado para promocionar páginas web que atacan a organizaciones que denuncian sus acciones. Un ejemplo particularmente flagrante es el de una página gubernamental que busca suplantar el sitio de la Fundación Hind Rajab, una organización que denuncia delitos en Gaza. El sitio promocionado aparece con el mensaje: "la perturbadora realidad de la fundación Hind Rajab, no te dejes engañar por la máscara de HRF". De manera similar, la revista Wired reportó en agosto una página web promovida por el gobierno israelí que aparece en los resultados de búsqueda para la UNRWA, la cual establece una supuesta conexión entre la agencia de la ONU y Hamás. Estas acciones demuestran un esfuerzo coordinado para desacreditar a las fuentes de información críticas y confundir al público, aprovechando la autoridad percibida de las plataformas de búsqueda y publicidad para legitimar sus propias narrativas.

Esta guerra de la información, librada en el ciberespacio, utiliza herramientas tecnológicas avanzadas para influir en las percepciones globales. El análisis conjunto de los medios públicos europeos concluye que, sin la complicidad, ya sea consciente o no, de plataformas tan dominantes como Google y YouTube, sería casi imposible para un gobierno alcanzar este nivel de difusión y control sobre la narrativa. Los videos y anuncios, meticulosamente producidos en varios idiomas, circulan de manera sistemática, erosionando la capacidad del público para distinguir entre la información verificada y la publicidad disfrazada de noticia. Al mostrar imágenes de normalidad y señalar "noticias falsas", el gobierno israelí busca no solo negar la hambruna, sino también sembrar la duda sobre la credibilidad de los medios internacionales y las organizaciones humanitarias que reportan desde la zona. La formalidad de las campañas, presentadas a través de canales oficiales, añade un velo de legitimidad a los mensajes, haciendo que su impacto sea aún más insidioso.

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