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Ninguno de estos productos existe, solo son anuncios parodia y un claro ejemplo del potencial de la IA en el campo de la creatividad publicitaria

La inteligencia artificial reescribe las reglas de la creatividad publicitaria el ascenso del genio individua

Por Redacción - 28 Octubre 2025

Bajo el título "Anuncios y productos locos (IA)", el canal de Youtube del usuario Pat_pet_pit ha lanzado recientemente, no es solo una colección de gags absurdos, sino un manifiesto publicitario de la era de la inteligencia artificial generativa. Desde la perspectiva del marketer y del creativo profesional, este contenido cristaliza la transformación radical en la cadena de valor de la producción publicitaria.

Lo que presenciamos es el salto cuántico en la capacidad de ideación y ejecución, donde el talento individual, armado con herramientas algorítmicas, puede desafiar las estructuras de producción tradicionales de las grandes agencias. La IA, actuando como un copiloto de producción total, elimina las fricciones que históricamente separaban una gran idea de su costosa y lenta materialización. El vídeo es un testimonio de cómo la ambición creativa, ya no limitada por el presupuesto o la infraestructura técnica, puede materializarse instantáneamente, marcando un antes y un después en la definición de la escala de la producción.

La era de la producción masiva de conceptos surrealistas ha llegado con la irrupción de la tecnología generativa. La pieza audiovisual demuestra cómo la IA no solo facilita la creación de imágenes y voces con una coherencia interna sorprendente, sino que también permite llevar la hipérbole publicitaria a límites antes inalcanzables por razones presupuestarias o de tiempo. Crear una campaña con múltiples spots de productos ficticios, como "el puleva agua en polvo" o "la caca de paloma exfoliante facial", que visual y sonoramente simulan anuncios reales de gran factura, requería hasta hace muy poco un equipo de producción considerable, un estudio de grabación, actores y, sobre todo, una postproducción ardua.

Ahora, la barrera se ha reducido al coste de la suscripción de una herramienta y el tiempo de un único creativo para formular el prompt adecuado. La velocidad con la que Pat_pet_pit ha podido generar casi una veintena de anuncios distintos, cada uno con su propia lógica de producto delirante y su identidad visual, es la prueba irrefutable del poder de la IA como catalizador de volumen y novedad. Este fenómeno obliga a las marcas y a los equipos de marketing a revaluar la exclusividad de la creatividad; la genialidad ya no reside solo en los cuarteles creativos de las grandes capitales, sino que se ha atomizado a niveles sin precedentes en este año 2025.

El verdadero mensaje para el profesional de la publicidad es que la inteligencia artificial se erige como el gran agente democratizador del talento.

Si bien las grandes agencias siempre han tenido acceso a los mejores recursos técnicos, estas nuevas herramientas empoderan a cualquier persona con una mente creativa y dotes para la narrativa a convertirse en un productor de contenido de altísimo impacto. La capacidad de contar una historia convincente, aunque sea la de unos "huevos veganos elaborados por gallinas veganas" o el de la "arena silíca sin almejas ni berberechos", se ha convertido en el activo principal. La producción ya no es un cuello de botella; la ideación, la ocurrencia y la habilidad para interrogar al modelo de IA con precisión (prompt engineering) pasan a ser las competencias críticas. De esta forma, el mérito se traslada íntegramente a la chispa humana, haciendo que la excelencia ya no sea una cuestión de recursos, sino de inventiva y audacia. El vídeo es un llamamiento a la acción para aquellos talentos no institucionalizados, demostrando que un portfolio de ideas brillantemente ejecutadas puede construirse en horas, no en meses.

Estratégicamente, este tipo de contenido se inscribe en la disciplina del surrealismo algorítmico, que busca maximizar la atención del espectador en la sobresaturación de información que caracteriza a la web de 2025. El humor absurdo y la transgresión de la lógica de producto, como el "helado de garbanzos con chorizo de cantimpalo" o el "hielo rebozado listo para freír", no son errores conceptuales, sino movimientos calculados para generar un choque cognitivo. Este impacto es lo que garantiza la detención del desplazamiento (scroll-stopping power) y, crucialmente, la compartición social. En una economía de la atención donde la viralidad es la moneda más valiosa, la IA permite experimentar con la línea roja de lo ridículo o lo tabú (piénsese en la referencia al "agua del Ganges" con sus componentes orgánicos dudosos) sin incurrir en los riesgos financieros de una producción tradicional que podría ser censurada o rechazada. Las marcas aprenden que el contenido más compartido no es necesariamente el más pulido o el que sigue las convenciones, sino aquel que desborda lo esperado, generando conversación a través de su propia extravagancia.

Para las agencias tradicionales, la existencia de este vídeo representa tanto un desafío como una oportunidad.

El desafío reside en que su valor añadido ya no puede residir en el músculo de la producción, ya que este músculo se ha virtualizado y abaratado drásticamente. La oportunidad, sin embargo, se encuentra en la orquestación. Los profesionales deben pasar de ser meros hacedores a ser arquitectos del pensamiento creativo asistido por máquina. El conocimiento profundo de la marca, la estrategia de mercado y la legislación pertinente son ahora más valiosos que nunca, especialmente cuando se juega en los límites de lo aceptable, como en el caso del anuncio de las "pipas cararancha con auténtico extracto de uñas". La gestión de la reputación y el alineamiento estratégico se convierten en el servicio premium, mientras que la generación de activos creativos se industrializa. El rol humano se centra en dar dirección, sentido y contexto ético al caudal ilimitado de imágenes y textos que la IA puede escupir en cuestión de segundos, garantizando que el torrente de ideas mantenga la coherencia con los valores del cliente.

Este cambio de paradigma, donde la inteligencia artificial ha redefinido el significado de la escala y el coste de la experimentación, nos sitúa en un momento fascinante de la historia de la publicidad. La barrera entre el soñador y el productor se ha colapsado. Cualquier persona con una idea lo suficientemente potente puede, gracias a la IA, lanzarse al ruedo mediático con una producción de calidad que antes solo estaba al alcance de los presupuestos más abultados. La lección fundamental es que la IA no reemplaza la creatividad, sino que magnifica exponencialmente su alcance, obligando a los profesionales a concentrarse en lo más puramente humano: la imaginación ilimitada y la capacidad de conectar con el público a través de la sorpresa, la risa o incluso el asco bien calculado. El vídeo de Pat_pet_pit es, en esencia, un curso intensivo sobre la nueva dinámica publicitaria de 2025, un recordatorio de que la audacia es ahora el activo más fácilmente escalable. La capacidad de generar anuncios tan bizarros y bien producidos en tan poco tiempo, como el cable de cien kilómetros para el coche eléctrico o el abrillantador para calvos, subraya que la creatividad es hoy una función de la intención y no de la infraestructura. El futuro creativo pertenece a los que saben preguntar a las máquinas.

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