Por Redacción - 6 Noviembre 2025
La irrupción de Netflix en el mercado publicitario, que culmina su "tercera temporada" para adentrarse en la cuarta a finales de 2025, ha marcado un hito significativo en la reconfiguración del consumo de contenidos y la estrategia de streaming. Lo que comenzó como una medida para diversificar sus fuentes de ingresos ante la saturación de las suscripciones, se ha transformado en un pilar fundamental de su modelo de negocio, demostrando una rápida adaptación y consolidación. La plataforma ha pasado de ser un mero jugador a convertirse en un referente en la industria publicitaria, un camino pavimentado por la innovación tecnológica y una agresiva expansión global. Este movimiento estratégico, que ya cuenta con miles de anunciantes a nivel mundial, refleja una madurez operativa que le permite mirar más allá de los cimientos iniciales, centrándose ahora en la sofisticación de sus métricas y la transparencia hacia sus socios comerciales.
La compañía ha dado un paso de gigante en la clarificación de su alcance, al anunciar este miércoles 5 de noviembre de 2025 que su plan con publicidad llega ya a más de 190 millones de "espectadores activos mensuales" (MAV) a nivel global. Esta cifra no es solo un número impresionante, sino la materialización de un cambio profundo en la filosofía de medición de Netflix, que busca humanizar las cifras y trasladar el valor real a sus socios de marketing. Anteriormente, la métrica se basaba en los perfiles de cuenta, un indicador que, aunque útil en una fase inicial, no conseguía capturar la dimensión completa de la audiencia que realmente consume el contenido. Al reconocer que el verdadero valor para anunciantes y agencias reside en una visión más precisa, clara y transparente del quién y el cuánto de sus campañas, la compañía ha pivotado hacia un modelo de medición más completo y fácil de entender.
El nuevo concepto de espectador activo mensual se define como el número de miembros que han visto al menos un minuto de contenido con publicidad en Netflix, multiplicado por la media estimada de personas dentro de un mismo hogar, dato que la plataforma obtiene de su propia investigación. Esta redefinición es clave porque aborda una realidad inherente al consumo de streaming: la visualización en grupo. Como ha señalado Mitzi Reaugh, directora de finanzas y estrategia del negocio publicitario de Netflix, el indicador anterior de usuarios activos mensuales era una representación conservadora, ya que no captaba la co-visualización, una experiencia social muy común. Este cambio permite a Netflix ofrecer una cifra más completa de la audiencia real, incluyendo a aquellos que disfrutan de series, películas y eventos en vivo, como la reciente incorporación del wrestling de la WWE, con amigos y familiares.
El desarrollo de su propia plataforma, Netflix Ads Suite, ha sido crucial para operar su plan con anuncios en los doce países donde se ofrece. Este control sobre su infraestructura le ha permitido integrar su servicio en el ecosistema publicitario con una oferta programática ampliada. La colaboración con gigantes como Amazon, Google Display & Video 360, The Trade Desk y Yahoo DSP, sumada a las alianzas con más de cincuenta empresas de medición publicitaria, subraya la ambición de Netflix por asegurar una presencia consolidada y accesible en todos los mercados relevantes. Esta arquitectura tecnológica y de alianzas no solo facilita la venta de espacios, sino que también sienta las bases para abordar uno de los desafíos más complejos del streaming: la homogeneización de las métricas de alcance. La plataforma no está contenta con la simple transparencia, sino que está experimentando con formatos interactivos y la inserción dinámica de anuncios, tecnologías que prometen un despliegue global para el año 2026.
La importancia de esta transición se magnifica con decisiones recientes como la eliminación definitiva del Plan Básico, un movimiento que fuerza a los usuarios rezagados a elegir entre pagar un precio superior por el Plan Estándar sin anuncios o migrar al Plan Estándar con anuncios, más económico. Esta maniobra, implementada a lo largo de 2025 en distintos mercados, no es solo una estrategia de precios, sino un claro impulso para engrosar la base de suscriptores con publicidad, consolidando la publicidad como una fuente de crecimiento sostenible. Curiosamente, este plan no representa una degradación total de la experiencia, ya que mejora la calidad de video de 720p a 1080p respecto al antiguo Básico, aunque introduce las interrupciones. La compañía ha defendido el rendimiento de este modelo, afirmando que los usuarios con publicidad consumen contenidos a un ritmo casi idéntico al de los suscriptores tradicionales, un indicio de que los anuncios "cortos y fluidos" han sido aceptados por una parte significativa de la audiencia.
Este tercer ciclo de desarrollo publicitario, y la inminente entrada en el cuarto, posiciona a Netflix en una encrucijada crucial: ya no se trata de implementar un plan alternativo, sino de redefinir su identidad como medio de comunicación masivo. El salto de un modelo puramente basado en la suscripción a una compleja estructura híbrida, donde la publicidad y las cuotas coexisten, requiere una precisión quirúrgica en la gestión de la experiencia del usuario y la satisfacción del anunciante. La nueva métrica de alcance es el siguiente paso lógico en esta senda, buscando reflejar la verdadera magnitud de su negocio publicitario y, en última instancia, ofrecer a los profesionales de marketing una moneda de cambio más fidedigna en un mercado cada vez más exigente. El compromiso de la plataforma no es solo con la rentabilidad, sino con la estandarización y la claridad en un sector que históricamente ha luchado por la transparencia en la medición, consolidando su estatus como un jugador esencial en la televisión conectada global.












