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El tsunami tecnológico de 2026: La colisión entre IA, cuántica y la Web 4.0

Check Point comparte un informe con predicciones para el 2026 examinando la evolución del riesgo y cómo las arquitecturas de seguridad basadas en IA, priorizando la prevención, pueden ayudar a las organizaciones a mantenerse a la vanguardia.

Por Redacción - 2 Diciembre 2025

La transformación digital dejó de ser incremental. En 2026 veremos un punto de quiebre: la inteligencia artificial autónoma, la infraestructura inmersiva y el avance cuántico redefinirán la seguridad y el modo en que operan las organizaciones.

Las tecnologías que antes se analizaban por separado —IA, nube, redes, dispositivos físicos— ya funcionan como un único sistema. Y ahí aparece el desafío: ¿cómo gobernar procesos que empiezan a decidir por sí mismos?

Este informe destaca las fuerzas clave identificadas por los investigadores, estrategas y líderes regionales de Check Point para el próximo año. Cada predicción examina la evolución del riesgo y cómo las arquitecturas de seguridad basadas en IA, priorizando la prevención, pueden ayudar a las organizaciones a mantenerse a la vanguardia.

De asistentes a sistemas autónomos

De acuerdo a Por David Haber, Vicepresidente de Seguridad de Agentes de IA, Check Point, el 2026 marca la normalización de la IA autónoma, sistemas capaces de razonar, planificar y actuar con mínima intervención humana. Estamos pasando de asistentes que redactan contenido a agentes que ejecutan estrategias. Estos sistemas van a asignar presupuestos, monitorear líneas de producción o redirigir logística en tiempo real. Las fábricas podrán autodiagnosticarse fallas y pedir repuestos automáticamente a través de redes verificadas con blockchain. Áreas como marketing, finanzas y seguridad dependerán de agentes que aprenden de manera continua del contexto y actúan a velocidad de máquina.

La autonomía sin responsabilidad es un riesgo. A medida que los agentes ganan autoridad operativa, aparecen nuevos vacíos de gobernanza: ¿quién valida sus acciones, audita su lógica o interviene cuando el resultado no coincide con la intención?

Las organizaciones deberán contar con consejos de gobernanza de IA, políticas sólidas y registros inmutables que documenten cada decisión autónoma.

Fundamentos de la Web 4.0: Inmersiva, Integrada e Inteligente

Para Nataly Kremer, Directora de Producto y Tecnología en Check Point, aunque la Web 4.0 aún no está plenamente desarrollada, será en 2026 cuando comiencen a consolidarse sus bases. Esta nueva generación de la web integrará computación espacial, gemelos digitales e inteligencia artificial operando al nivel del sistema operativo.

Según explica, ciudades completas, plantas industriales y campus corporativos funcionarán mediante modelos virtuales en tiempo real. Esto permitirá a los ingenieros simular tareas de mantenimiento, probar parches de seguridad o visualizar escenarios de riesgo antes de intervenir en el entorno físico. Las interfaces de realidad extendida —ya sea aumentada, virtual o mixta— reemplazarán los paneles de control tradicionales, facilitando una interacción más inmersiva en la que los datos se exploran en lugar de simplemente consultarse.

Esta convergencia abrirá la puerta a mejoras notables en eficiencia y seguridad, pero también traerá desafíos complejos en materia de interoperabilidad. Para Kremer, es crucial que los distintos sistemas y estándares se comuniquen sin fricciones; de lo contrario, la visibilidad se fragmentará y aumentará la exposición a posibles explotaciones. La conclusión empresarial es clara: la Web 4.0 exigirá modelos de seguridad unificados que protejan tanto los datos como las interfaces inmersivas de las que dependerán los empleados.

La IA se convierte en un motor de decisiones estratégicas

Según Roi Karo, Director de Estrategia, la inteligencia artificial está transformando de manera constante los fundamentos de la ciberseguridad. Lo que antes era una herramienta orientada a mejorar la eficiencia operativa ahora influye directamente en cómo tanto atacantes como defensores planifican, se adaptan y ejecutan sus acciones. El sector entra en una etapa en la que la IA deja de ser un recurso de apoyo para convertirse en una pieza integrada en los flujos de detección, análisis y toma de decisiones.

De cara a 2026, afirma que esta evolución se profundizará. Los atacantes ya utilizan IA para generar campañas más rápidas, expansivas y personalizadas, lo que obligará a las organizaciones a adoptar defensas capaces de igualar ese ritmo mediante aprendizaje continuo, contexto en tiempo real y mayor autonomía operativa. Esto supone un cambio en la forma en que los equipos de seguridad priorizan tareas, interpretan el riesgo y coordinan sus respuestas.

Karo destaca que las mismas capacidades que impulsan a los atacantes también fortalecen a los defensores. La IA está convirtiéndose en una capa operativa dentro de las operaciones de seguridad, potenciando la experiencia humana, automatizando flujos antes manuales y reduciendo el tiempo medio de reparación (MTTR). Además, contribuye a mitigar la escasez de talento especializado y permite que la prevención y la detección avancen al mismo ritmo que las amenazas actuales.

La confianza es el nuevo perímetro: Deepfakes y fraude conversacional

La IA generativa ha desdibujado la frontera entre lo auténtico y lo fabricado. Una voz clonada puede autorizar una transferencia, un video sintético generado en tiempo real puede solicitar acceso privilegiado y una conversación de chat convincente, con pleno entendimiento de los procesos internos, puede eludir incluso la autenticación multifactor. Como señala Pete Nicoletti, CISO de campo y evangelista de Check Point, esta capacidad redefine por completo el concepto de confianza digital.

La autenticidad técnica deja de ser sinónimo de autenticidad humana. Cada punto de interacción entre personas y sistemas se convierte en una posible vía de ataque. El clásico fraude de correo electrónico empresarial evolucionará hacia tácticas basadas en la manipulación de la confianza, apoyadas en deepfakes, lenguaje altamente contextual y detonantes emocionales.

Implicación empresarial: la seguridad de la identidad debe ir más allá de las credenciales. Será necesario validar el comportamiento, la coherencia del dispositivo, la geolocalización y los patrones de interacción para confirmar que quien solicita acceso es realmente quien dice ser.

Amenazas nativas de LLM: Inyección rápida y envenenamiento de datos

Jonathan Zanger, Director de Tecnología, destaca cómo a medida que las empresas incorporan la IA generativa en ámbitos que van desde la atención al cliente hasta la búsqueda de amenazas, los propios modelos comienzan a convertirse en nuevas superficies de ataque. En 2026, los adversarios explotarán técnicas como la inyección de prompts —insertando instrucciones ocultas en texto, código o documentos para manipular las respuestas de un sistema de IA— y el envenenamiento de datos, donde información corrupta sesga o compromete los conjuntos de entrenamiento. Este tipo de ataques difumina la línea entre vulnerabilidad y desinformación, permitiendo a los actores maliciosos subvertir la lógica interna de una organización sin necesidad de atacar directamente su infraestructura.

Zanger advierte que, dado que muchos modelos de lenguaje funcionan a través de API de terceros, un solo conjunto de datos contaminado puede propagarse rápidamente a miles de aplicaciones. Los parches tradicionales no resultan efectivos frente a este escenario: la integridad del modelo debe protegerse de manera continua.

Implicación empresarial: los CISO deben considerar los modelos de IA como activos críticos. Esto implica asegurar todo su ciclo de vida, desde la procedencia de los datos y la gobernanza del entrenamiento hasta la validación en tiempo de ejecución y el filtrado de resultados. La práctica sistemática de equipos rojos especializados en modelos, los flujos de datos basados en zero trust y la definición clara de responsabilidades sobre el comportamiento de la IA se convertirán en estándares operativos.

La Realidad de la IA

Según Mateo Rojas-Carulla, Jefe de Investigación en Seguridad de Agentes de IA, después de dos años de adopción casi frenética de la IA, 2026 representará la primera gran fase de reajuste. Muchas organizaciones que integraron herramientas de IA generativa con demasiada rapidez descubrirán sistemas sin gobernanza, API expuestas y serias brechas en el cumplimiento normativo. La llamada IA en la sombra —soluciones adoptadas por empleados que utilizan datos corporativos sin supervisión— se multiplicará, dando lugar a fugas de información invisibles y a niveles de seguridad inconsistentes.

Esta etapa de desilusión será necesaria: marcará el paso de la experimentación a la responsabilidad. Los ejecutivos comenzarán a exigir que la IA genere valor real, medido en resultados tangibles y no en expectativas infladas. En este contexto, surgirán marcos de garantía de IA en múltiples sectores, imponiendo auditorías formales sobre imparcialidad, robustez y seguridad. Estos estándares auditables —centrados en transparencia, equidad y protección— se integrarán progresivamente en la gobernanza corporativa.

Regulación y Rendición de Cuentas en Expansión

Los reguladores de todo el mundo están reduciendo rápidamente la brecha entre innovación y responsabilidad. Según Peter Sandkuijl, Vicepresidente de Ingeniería para Europa Occidental y Evangelista de Check Point, 2026 será el año en que la regulación deje de ser reactiva. Marcos como la Directiva NIS2 en la Unión Europea, la Ley de IA y las normas de divulgación de incidentes de la SEC en Estados Unidos comenzarán a alinearse bajo un mismo principio: la ciberseguridad debe ser medible y demostrable en tiempo real. Esto implicará que los gobiernos exijan pruebas continuas de resiliencia y que las organizaciones demuestren que sus controles preventivos, planes de respuesta y políticas de protección de datos funcionan de forma ininterrumpida.

Este acelerado impulso regulatorio responde, explica Sandkuijl, a la creciente dependencia de la sociedad en los servicios digitales para sostener tanto la vida cotidiana como el funcionamiento económico. La resiliencia empresarial se convierte así en el principal motor del endurecimiento normativo, incluso mientras persiste la presión desde Estados Unidos, donde se advierte que ciertos marcos regulatorios podrían obstaculizar la innovación y el crecimiento.

Como consecuencia, la era del “cumplimiento anual” llegará a su fin. Las organizaciones pasarán a utilizar monitorización automatizada de cumplimiento, políticas legibles por máquina, certificaciones en tiempo real y análisis de riesgos basados en IA. Además, las juntas directivas y los directores ejecutivos asumirán una responsabilidad personal más directa en la supervisión de la ciberseguridad.

El Sprint Cuántico

La computación cuántica puede tardar años en descifrar los métodos de cifrado actuales, pero, según Ian Porteous, Director Regional de Ingeniería de Ventas para Reino Unido e Irlanda de Check Point, la amenaza ya está modificando el comportamiento empresarial. Gobiernos, proveedores de nube y grandes corporaciones se apresuran a asegurar la agilidad criptográfica, migrando de algoritmos vulnerables como RSA y ECC hacia estándares de criptografía poscuántica (PQC) antes de que los adversarios puedan aprovecharlos.

El verdadero riesgo, apunta Porteous, reside en la estrategia de “recoger ahora, descifrar después” (HNDL). Los atacantes están recopilando hoy datos cifrados, confiando en que la potencia cuántica futura les permitirá descifrarlos. Esto significa que propiedad intelectual, secretos de estado y registros médicos podrían verse comprometidos retrospectivamente cuando los sistemas cuánticos alcancen madurez.

Para 2026, la preparación deja de ser teórica y se centra en la ejecución. Las juntas directivas invertirán en listas de materiales criptográficos (CBOM) para catalogar algoritmos, certificados y claves en sus entornos. Además, las organizaciones comenzarán a probar algoritmos poscuánticos aprobados por el NIST y exigirán a los proveedores plazos claros de migración hacia estos estándares.

El ransomware evoluciona hacia operaciones de presión de datos

El ransomware ha dejado de centrarse únicamente en el cifrado para evolucionar hacia la coerción psicológica. Según Paal Aaserudseter, Ingeniero de Ventas de la compañía, los atacantes ahora extraen datos confidenciales y ejercen presión sobre las víctimas mediante reguladores, clientes o incluso la prensa, programando estratégicamente filtraciones para maximizar el impacto.

Estas operaciones de manipulación se basan más en el miedo que en la interrupción técnica. A menudo, los costos legales, el daño a la reputación y el escrutinio regulatorio superan con creces el monto del rescate exigido.

Explosión del riesgo en la cadena de suministro y SaaS

En 2026 quedará más que evidente que ninguna empresa opera de manera aislada. Según Jayant Dave, CISO de campo para APAC y Evangelista de Check Point, cada proveedor, API e integración agrega un riesgo adicional. Los adversarios aprovechan estas dependencias para comprometer simultáneamente a miles de organizaciones, convirtiendo al eslabón más débil en una puerta de entrada para ataques masivos.

Al mismo tiempo, las cadenas de suministro globales están cambiando bajo la presión de la automatización. La IA agente permitirá una gestión de riesgos más autónoma, mediante sistemas de autoaprendizaje que mapean dependencias, supervisan el cumplimiento de terceros y predicen interrupciones. Sin embargo, advierte Dave, esta hiperconectividad también amplifica la exposición: bibliotecas de código comprometidas, tokens de API y credenciales en la nube pueden propagarse por los ecosistemas más rápido de lo que es posible rastrear los incidentes.

Riesgo en la cadena de suministro: Hacia redes autónomas y responsables

Cada API, servicio en la nube y proveedor amplía la superficie de ataque de las empresas. Según Raymond Schippers, Tecnólogo principal y Evangelista, en 2026 las cadenas de suministro hiperconectadas generarán tanto eficiencia como riesgo sistémico.

La IA agente permitirá una gestión de riesgos más autónoma, analizando de manera continua a los socios globales en busca de indicadores de cumplimiento, disrupción y solvencia.Sin embargo, advierte Schippers, la hiperautomatización también aumenta la exposición: una biblioteca de software comprometida o un token robado puede propagarse a miles de clientes en cuestión de horas.

Evolución de los Vectores de Acceso Inicial

Los adversarios sofisticados, incluidos aquellos respaldados por estados, continuarán enfocándose en la explotación de dispositivos periféricos como routers, cámaras, sistemas IoT y firewalls. Según Sergey Shykevich, Gerente de Grupo en Inteligencia de Amenazas de Check Point, estas plataformas silenciosas permiten penetrar en entornos de alto valor sin activar los controles de detección tradicionales.

Al mismo tiempo, la mayoría de los actores, especialmente los grupos cibercriminales, se concentrarán en la ingeniería social multicanal basada en IA. Utilizarán modelos generativos para crear comunicaciones persuasivas, patrones de interacción adaptativos y perfiles digitales convincentes en correo electrónico, mensajería, voz y soporte técnico. Shykevich destaca que el cambio más disruptivo provendrá de los ataques de identidad impulsados por IA, capaces de imitar el comportamiento humano a gran escala, incluyendo voz, estilo de escritura, historial de interacción, señales contextuales y patrones de movimiento digitales.

Estas capacidades debilitan los sistemas actuales de identidad, verificación y KYC, que dependen de señales estáticas y revisiones puntuales. Cuando un sistema de IA puede generar una identidad coherente, persistente y reactiva, la verificación tradicional pierde efectividad.

La inyección inmediata se convierte en el principal vector de ataque

Para 2026, la inyección de prompts —tanto directa como indirecta— se perfila como el principal vector de ataque contra los sistemas de IA. Según Lotem Finkelstein, Director de Inteligencia e Investigación de Amenazas de la compañía, este riesgo se potencia con la proliferación de navegadores con IA y la adopción acelerada de servicios de IA con agentes autónomos. Los atacantes están insertando instrucciones maliciosas en contenido aparentemente legítimo: documentos, archivos, reportes de proveedores, sitios web, anuncios o flujos de datos externos, utilizando herramientas de IA como instrumentos involuntarios para actividades delictivas.

A medida que los servicios autónomos de IA consumen más información externa para tomar decisiones sin intervención humana, advierte Finkelstein, los atacantes pueden ocultar comandos dentro de contenido común para influir en dichas decisiones. Esto permite secuestrar procesos, desviar acciones o coaccionar agentes de IA para realizar tareas no previstas ni autorizadas. La rápida expansión de las campañas de inyección indirecta de prompts demuestra cómo esta técnica pasó de ser una teoría a una forma concreta de explotación.

Los servicios autónomos desarrollados internamente amplifican aún más esta exposición. Al leer, interpretar y actuar continuamente sobre información externa, cualquier manipulación puede comprometer la lógica del agente, provocando acciones no autorizadas, filtraciones de datos sensibles o interrupciones en procesos críticos del negocio. Los ataques recientes contra plataformas de analítica impulsadas por IA ilustran lo sencillo que resulta engañar a estos agentes y convertirlos en herramientas ofensivas.

La Gran Convergencia: Resiliencia y Riesgo en una Era Hiperconectada

La realidad que define el 2026 es la convergencia. Los agentes de IA automatizan las decisiones. La Web 4.0 conecta entornos físicos y virtuales. La computación cuántica amenaza la base criptográfica de la confianza. Estas tecnologías están colisionando, creando un entorno donde la innovación y la inestabilidad crecen juntas. Resiliencia de infraestructuras críticas: las redes de energía, telecomunicaciones y transporte dependen cada vez más de gemelos digitales e IA predictiva. Los gobiernos implementarán estándares de seguridad unificados e invertirán en plataformas compartidas de simulación de crisis.

Cadenas de suministro autónomas: la supervisión de IA en tiempo real permitirá una logística autorreparadora, pero también creará ecosistemas de riesgo compartido que exigen modelos de seguridad federados. Resiliencia sistémica: la continuidad debe integrarse en cada capa de las operaciones. La resiliencia se convierte en un proceso dinámico impulsado por la inteligencia adaptativa.

Redefiniendo la prevención, la gobernanza y la resiliencia

La convergencia de la IA, las tecnologías cuánticas e inmersivas exige replantear la ciberseguridad. Check Point propone un enfoque basado en cuatro pilares: priorizar la prevención para anticipar y bloquear los ataques antes de que ocurran; aprovechar la inteligencia artificial de manera responsable para adelantarse a amenazas autónomas; proteger la conectividad, considerando cada dispositivo, flujo de datos y servicio en la nube como parte de un ecosistema único; y consolidar la visibilidad, el análisis y el control en toda la organización mediante plataformas abiertas.

Las empresas que adopten esta filosofía dejarán de reaccionar ante las amenazas para gestionarlas de forma proactiva. Este equilibrio entre autonomía y responsabilidad será la clave para construir la resiliencia digital en 2026 y en el futuro.

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