Artículo Marketing

El "problema" de McDonald's: cuando tu marca tiene tanto gancho que sus consumidores se la quieren llevar a casa

La nueva ley francesa obliga a las cadenas de comida rápida a poner una vajilla reutilizable: en McDonald's esto supone robos de platos
Periodista especializada en marketing, tecnología y cultura. Como escritora, autora...

Con el cambio de año, han también entrado en vigor nuevas leyes y nuevos reglamentos. En Francia, esto ha supuesto el final de las vajillas desechables en los establecimientos de fast-food. Las cadenas de comida rápida —de KFC a Burger King pasando por McDonald’s— están ahora obligadas a ofrecer vajillas que se puedan reutilizar.

La medida es parte de una ley ya de 2020 anti despilfarro, como recuerda Le Point, para evitar que acaben en la basura cada semana millones de envases: según un cálculo de 2012, solo en Francia, las cadenas de comida rápida ponían en el mercado 13 millones de envases cada semana. Y todos ellos acababan en la basura. Intentando potenciar la economía circular, la norma francesa también ha cambiado qué se puede usar en estos espacios.

Las compañías del sector han tenido tiempo para prepararse. El medio económico apunta, por ejemplo, a como Burger King se ha adelantado a la medida y han estado probando lo que supone, con un piloto en el verano de 2021 para comprender cómo esto impactaba en la experiencia de los consumidores.

Pero lo curioso de todo esto no es tanto esta historia de pruebas —y lo que la ley supondrá para las cadenas de comida rápida— como lo que está suponiendo para una de estas compañías en términos de marca. McDonald’s ha creado una vajilla brandeada y sus consumidores se la están llevando (También le pasó a Burger King en sus pruebas: pero han descubierto que la fiebre cleptómana se calma a los dos meses).

Los robos de marca McDonald’s

En Francia, McDonald’s tiene un elevado poder de marca. McDo, como es llamado, es la cadena de comida rápida líder. Sus envases reutilizables —creados por una empresa especializada en este terreno— respetan los colores de marca y hasta juegan con los elementos que han hecho su packaging identificable. Por ejemplo, las patatas fritas se sirven en un envase rojo muy parecido al de papel que todos los consumidores conocen.

Es reconocible, es llamativo y es tan atractivo como para que los consumidores se lo estén llevando. Como le explica una consumidora al telediario de TF1, ella nunca lo haría pero entiende a quienes acaban haciéndolo. Es un packaging “cuqui”. En cierto modo, es lo que apuntan quienes se atreven a confesar su robo. La vajilla de usar y tirar de McDonald’s resulta tan llamativa que se ha convertido en un objeto de deseo. “Lo cogí porque me parece bonito y voy a hacer un cenicero”, dice a un medio francés uno de esos usuarios que se ha llevado una de esas piezas.

Los creadores de la vajilla insisten en que el robo no es en realidad mucho más elevado del que el sector en general afronta con sus vajillas a lo largo del tiempo. También en que la clave para que los usuarios de la cadena dejen de llevarse sus nuevos vasos y cajitas para patatas fritas estará en educarlos y explicarles bien qué son esos envases y que no pueden llevárselos a casa. De hecho, en redes sociales, algunos usuarios confiesan que se han traído la vajilla por error, porque pensaban que McDonald’s la regalaba.

Algunos franquiciados de la cadena han empezado a poner notas indicando que las vajillas están geolocalizadas para hacer que los ladrones lo piensen dos veces (sus fabricantes han puntualizado que los sistemas de localización que llevan no funcionan exactamente para eso) y los trabajadores de la cadena han comenzado a usar las redes sociales para explicar qué son esos nuevos platos y por qué no te los puedes llevar contigo. Por muy bonitos que te parezcan.

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